Una ventaja significativa es que
las aplicaciones web deberían funcionar igual independientemente de la versión
del sistema operativo instalado en el cliente. En vez de crear clientes para
Windows, Mac OS X, GNU/Linux y otros sistemas operativos, la aplicación web se
escribe una vez y se ejecuta igual en todas partes.
Sin embargo, hay
aplicaciones inconsistentes escritas con HTML, CSS, DOM y otras
especificaciones estándar para navegadores web que pueden causar problemas en
el desarrollo y soporte de estas aplicaciones, principalmente debido a la falta
de adicción de los navegadores a dichos estándares. Adicionalmente, la
posibilidad de los usuarios de personalizar muchas de las características de la
interfaz (tamaño y color de fuentes, tipos de fuentes, inhabilitar Javascript)
puede interferir con la consistencia de la aplicación web.
Otra aproximación es utilizar
Adobe Flash Player o Java applets para desarrollar parte o toda la interfaz de
usuario. Como casi todos los navegadores incluyen soporte para estas
tecnologías (usualmente por medio de plug-ins), las aplicaciones basadas en
Flash o Java pueden ser implementadas con aproximadamente la misma facilidad.
Dado que ignoran las configuraciones de los navegadores, estas tecnologías
permiten más control sobre la interfaz, aunque las incompatibilidades entre
implementaciones Flash o Java puedan crear nuevas complicaciones, debido a que
no son estándares. Por las similitudes con una arquitectura cliente-servidor,
con un cliente "no ligero", existen discrepancias sobre el hecho de
llamar a estos sistemas “aplicaciones web”; un término alternativo es
“Aplicación Enriquecida de Internet”.
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